Ministro alude a los abusos de AMLO sin pronunciar su nombre
Tras La Verdad, por Héctor Parra Rodríguez.
En la semana que concluyó, tocó al ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, dirigir el discurso de bienvenida a los nuevos funcionarios judiciales, en sesión solemne del pleno de la SCJN y el Consejo de la Judicatura del Poder Judicial. alude, alude, alude, alude, alude, alude, alude, alude, alude, alude
La enorme mayoría de los medios de comunicación tradicionales pasan por alto las actividades del Poder Judicial, no así de la diaria perorata que les receta el presidente López Obrador, medios que replican toda la información, sea verdadera o falsa. Para el Poder ejecutivo, todo el poder de los medios.
El ministro, en un discurso por demás sobrio, advirtió que la función judicial implica decidir interpretando la Constitución de lo que corresponde en principio y en justicia, y no necesariamente la decisión más popular. Primer dardo para AMLO. La justicia no debe ser «populachera» como lo ha propuesto y exige el «primer mandatario»; apegarse más a los estruendos populares y hacer a un lado la verdadera interpretación y aplicación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. La impartición de justicia apegada a políticas del gobierno en turno, según Andrés López.
En dicha sesión la ministra presidenta Norma Lucía Piña Hernández tuvo a bien tomar protesta y entregar distintivos a seis nuevos jueces y 62 magistradas y magistrados del Poder Judicial de la Federación. Acto formal que seguramente molestó al titular del Poder Ejecutivo, se sumaron más «enemigos» en contra de su política dictatorial, aquellos que son duramente criticados por el presidente cuando no obtiene sentencias favorables a sus intereses políticos.
Bien, el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena aseguró en su discurso que en su actuar cotidiano, de aquellos que se incorporaron a la función judicial, deberán tener presentes dos principios rectores: la imparcialidad y la independencia. Imparcialidad al impartir su veredicto, e independencia respecto de otras instituciones, de las partes y de otros poderes. Segundo golpe asestado a López Obrador, claro sin aludir en lo más mínimo a su apelativo.
El mensaje, no intimidarse ante las amenazas emanadas del poder público siendo independientes e imparciales. Fundamentalmente la independencia respecto del Poder Ejecutivo. Nada de subordinación. Primero y después la justicia independiente, observando siempre la imparcialidad, fundamental en cualquier resolución.
El ministro Gutiérrez Ortiz Mena, también destacó que «la función judicial implica decidir interpretando la Constitución de lo que corresponde en principio y en justicia; lo justo, y no necesariamente la decisión más popular ni la más política; de ahí la naturaleza del Poder Judicial como árbitro, como contrapeso y como órgano contramayoritario» (sic). Esta vez fue más categórica la sentencia, alejarse de la política y decisiones «populacheras», como aquellas que constantemente gusta verter y repetir en sus diarios monólogos el presidente López.
Afirmó categórico el ministro que la autoridad moral del Poder Judicial de la Federación, es un «bien público» que trasciende a sus integrantes y enfatizó que, si las personas confían en los tribunales, no tendrán incentivos para optar por otros medios no institucionales para cuestionar o combatir las decisiones de otros poderes.
De esta aseveración podremos desprender que AMLO carece de autoridad moral, dada su propensión al optar permanentemente por medios soeces de la palabra y utilizar vituperios y amenazas cuando las resoluciones no le son favorables. Incluso intimida a las autoridades judiciales, las evidencia públicamente (linchamientos mediáticos) pretendiendo doblegarlas con iniciar investigaciones en su contra dadas sus resoluciones jurisdiccionales.
También aludió a la cortesía institucional y personal que deben las nuevas autoridades (también las más añejas) «en el diálogo con los otros poderes, a quienes el Poder Judicial debe servir también de contrapeso, se debe participar en un diálogo democrático defendiendo siempre el contenido y alcance de los derechos humanos como límites claros y totalmente indisponibles».
AMLO odia los contrapesos, él lucha por ejercer el mega poder sobre los otros dos poderes públicos y subordinarlos a sus caprichos, como, vergonzosamente lo hace con el Poder Legislativo. No acepta que lo corrijan no telera que le digan que está mal. El ministro, en cambio propone un diálogo democrático, pero no sumisión; de igual a igual, con la razón del fundamento y motivación.
El consejero de la Judicatura Federal Alejandro Sergio González Bernabé, en su participación afirmó que la labor de las y los juzgadores mexicanos ya no puede ser mecánica o circunscribirse a la mera aplicación de la ley, pues se requiere de juezas y jueces proactivos, líderes, agentes de cambio, que participan y contribuyen con su entorno, que construyen en y para la unidad. Plausible su aseveración.
Si bien el emblema de la justicia es la imagen de una balanza que representa el equilibrio e igualdad, deben los impartidores de justicia ser proactivos generando nuevos criterios, siempre apegados a los principios de la fundamentación y argumentación.
Habiendo aseverado que los jueces deben humanizar la justicia, ser empáticos, sensibles, benevolentes en su trato y en su actuar, y que se guían por el derecho justo, comprendiendo que sus acciones también paliarán la desigualdad, la discriminación y la pobreza. Bien por esta intervención que pierden los medios de comunicación y menosprecias el sentido de las palabras.
El consejero González aseguró que las personas juzgadoras, al ser las figuras centrales del Derecho, deben ser humanas y atentas a todos los cambios y fenómenos sociales; pues, observando estos postulados cumplirán el mandato que les confirió México.
¿Cambios y fenómenos sociales? Pues sí, el Derecho siempre ha sido dinámico, no es estático e inmutable; de las interpretaciones y aplicación del Derechos en cada caso en particular, pueden surgir nuevas doctrinas, nuevas tesis, nuevas jurisprudencias, nuevos criterios de aplicación de las normas, siempre en beneficio de los justiciables.
En síntesis, excelente réplica judicial para el abusivo y arbitrario presidente de la República.
Tras La Verdad / Por: Héctor Parra Rodríguez
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