Para qué y cómo educamos, la reflexiónen el Día del Maestro y la Maestra: docente UAQ
La función de un profesor es organizar y diseñar la enseñanza para presentar a los estudiantes fragmentos de los saberes universales.
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“Las maestras y los maestros somos personas que intentamos ofrecer con nuestro trabajo lo máximo que tenemos para que otros puedan lograr mejores condiciones de vida. Es una labor titánica en un mundo que no deja de cambiar”, aseguró la Dra. Ana Karen Soto Bernabé, profesora y coordinadora de la Licenciatura en Innovación y Gestión Educativa (LIGE) que oferta la Facultad de Psicología y Educación (FѰE) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
En el marco del Día del Maestro y la Maestra que se celebra el 15 de mayo, una fecha designada, desde 1917, para honrar a todos los docentes y educadores de México, la académica universitaria señaló que dicha profesión, al estar vinculada a los cambios sociales, políticos y económicos, es uno de los trabajos con mayor responsabilidad, ya que la enseñanza que se imparte en las aulas impacta en la vida de otros.
“Quienes nos dedicamos a la docencia debemos reflexionar constantemente para qué y cómo estamos educando. En esta profesión hay mucha incertidumbre, es muy humana, pero también, dependemos de las voluntades de los estudiantes”, destacó.
Consideró que la docencia es imprescindible y altamente valiosa en la sociedad, al ser el profesorado un coadyuvante en la transformación de la misma, a través de la revisión y construcción permanente del conocimiento.
De igual forma, la Dra. Soto Bernabé reflexionó sobre la necesidad de que la docencia deje de “romantizarse”, ya que se concibe como una profesión noble y sencilla, cuando las maestras y maestros son como cualquier trabajador sujeto a regulaciones sociales y legales.
“No hacemos milagros, pero a veces se romantiza.
La función de un profesor es organizar y diseñar la enseñanza para presentar a los estudiantes fragmentos de los saberes universales y que estos desarrollen procesos para comprenderla.
Los docentes trabajan con materia viva, los estudiantes no son objetos y tampoco lo es el conocimiento”, enfatizó.
Asimismo, aseguró que para el ejercicio de la docencia debe haber una formación previa, continua y actualizada, con conocimientos de la pedagogía y la didáctica, así como de otras ciencias de la educación, como la psicología del desarrollo, del aprendizaje, filosofía, entre otros; aunado a las disciplinas específicas en las que se desempeña el docente, como las matemáticas, historia y español.
En este sentido, la académica destacó que, en la Universidad, la primera licenciatura que se enfoca en esta formación, es la LIGE, de la cual han egresado nueve generaciones.
“Trabajamos desde y para la Universidad en el reconocimiento del propio campo de la educación, comprender que esta no solo sucede en los espacios escolares, sino también en otras instancias.
La LIGE tiene el objetivo de formar profesionales de la educación, personas que puedan trabajar como docentes, pero también que puedan desarrollarse en otros espacios, desde donde se pueden fortalecer y promover los procesos de formación humana”, destacó.
Por último, la Mtra. Soto Bernabé recordó que fue en el siglo XIX cuando la docencia inició como una profesión, en su mayoría, masculina, pero paulatinamente, hacia finales de ese siglo, entre 1880-1890, al surgir la Normal de Xalapa, Veracruz, se comienza a dar la formación normalista a las mujeres; cuatro años después, la matrícula se había invertido, el 80 por ciento de los estudiantes eran mujeres.
“En nuestras aulas universitarias hemos visto una tendencia en la que las profesoras somos más y tambien en campos que anteriormente eran varoniles, entonces, la celebración del Día del Maestro y la Maestra van varios sentidos, uno de ellos, el ingreso de mujeres al campo”, enfatizó.
