AMLO golpea y fortalece a sus enemigos gratuitos, Tras La Verdad, por Héctor Parra Rodríguez.
La política del «golpeteo» desde la Presidencia de la República, para combatir a los enemigos reales o a los fantasmas, no ha conseguido los objetivos de López Obrador, que no son otra cosa mas que pretender desprestigiar a sus oponentes con descalificaciones, mentiras, calumnias, difamaciones y vituperios. Por el contrario, ha terminado fortaleciéndolos.
Sobran los ejemplos de aquellos que el presidente López ha acusado, enjuiciado y sentenciado en los «sermones» de las mañaneras, empezando por Felipe Calderón Hinojosa, quien después de haber dejado el poder hace más de 10 años, sigue vigente en la política ¿Por qué? AMLO lo acusa de lo indecible y ya nadie cree en las calumnias para hacerlo responsable de todos los fracasos ¿Ejemplos? Baste mencionar el fracaso de la política de la #4T en materia de seguridad pública. golpea, golpea, golpea, golpea, golpea, golpea, golpea, golpea, golpea, golpea
Para López, que no ha podido con la responsabilidad de gobernar, todo es culpa de Calderón. El absurdo, seguir culpando a Genaro Luna, entonces Secretario de Seguridad, por la violencia generada desde aquellos ayeres. Lo cierto que la absurda política de los «abrazos» para controlar a la delincuencia, ha sido una burla para los mexicanos.
Los delincuentes, cual yerba mala, saltaron por todos lados. Gracias a tanta acusación en contra de Felipe, se viene a la memoria que, el programa social de apoyo a los adultos mayores nación en el gobierno de Calderón y no con AMLO. Vaya política del golpeteo que termina favoreciendo a los calumniados.
Culpó a la Policía Federal comandada por Genaro Luna, como responsable de la corrupción policial. De un plumazo desapareció a la corporación policial, en su lugar creó la Guardia Nacional, con más de 100 mil elementos y un presupuesto de miles de millones. El resultado ha sido catastrófico, claro, en manos de militares era de esperarse el fallido resultado.
Germán Martínez Cázares, Lilly Téllez, Margarita Ríos Farjat y Juan Luis González Alcántara, son otros ejemplos de la fallida tiranía que intenta destruir con el vituperio de la palabra presidencial. En lugar de acabar con ellos, los ha fortalecido.
Los dos primeros, senadores, hoy aspiran a la Presidencia de la República; sus opiniones trascienden y laceran el ya de por sí desprestigiado prestigio de AMLO. La ministra y el ministro, son reconocidos en el ámbito judicial y político, por no subordinarse a los caprichos de López. Andrés intenta acabar con ellos a «salivazos» y lo único que ha conseguido, es fortalecerlos social, política y moralmente ante la sociedad mexicana.
A los protegidos los perjudica. Está el ejemplo de Yazmín Esquivel Mossa, a quien hizo ministra, fue acusada por el plagio de su tesis de licenciatura. Cuando compitió por la presidencia de la SCJN, salió perdiendo, más cuando AMLO intentó defenderla sin razón alguna.
El desprestigio es el estigma con el que carga, todo gracias a su «padrino». La UNAM analiza las pruebas del plagio de la tesis, la ministra se ampara para que suspendan el proceso y se prohíba difundir cualquier información relativa al plagio, una juez incondicional le concedió la suspensión; pero, un Tribunal Colegiado le negó la razón y el expediente podrá seguir su curso en manos de la UNAM, institución académica que impugnó la suspensión por medio del Abogado General. AMLO no ha podido «ampararla» con su sombra la hunde más.
Los constantes ataques a la oposición consiguieron que ésta se uniera para hacer un frente común en contra de AMLO y su gobierno, aunque de vez en vez parezca fraccionarse; lo mismo sucedió con la sociedad civil y líderes empresariales a quienes no los baja de «golpistas y conservadores» que solo buscan conservar sus privilegios.
Todos han hecho un solo bloque en contra de los abusos del presidente López y van juntos a la contienda electoral del 2024, aunque no será fácil. Sin embargo, AMLO logró lo inimaginable, unir a las fuerzas políticas antes irreconciliables y a la sociedad civil organizada. Las magnas manifestaciones han sido un claro ejemplo del enorme «frente social» que lucha en contra de los abusos presidenciales. Han dejado en ridículo los acarreos multimillonarios del presidente y su camarilla montada en el Poder político, no ha podido replicar el éxito ciudadano en su contra.
Los vituperios en contra de ocho ministros por fallar en contra de los caprichos de López Obrador, no ha mella la honra ni manchado el prestigio de los impartidores de justicia. Por más que se ha esforzado durante toda la semana en causar algún daño moral a los integrantes de la Corte, la sociedad apoya a esos ministros y ministras, sobre todo aquellos que habiendo sido impulsados por el propio López, no se han rendido a las presiones ni veleidades del poder presidencial.
AMLO tergiversa la verdad de los hechos, distorsiona la realidad y fracasa. La sociedad aplaude y respalda la entereza de los ministros acosados desde el Poder presidencial. En unos días su prestigio creció y se han fortalecidos. No se han doblegado. López Obrador espera respuesta a sus vilipendios, pero no la encuentra ni la encontrará. La ministra Norma Piña lo advirtió desde su toma de protesta, ellos no litigan en los medios, su trabajo es impartir justicia, han protegido dignamente la independencia judicial aún a costa de la furia de Andrés López. Ellos ganan y AMLO pierde.
Lo increíble y que generó escarnio social, cuando en una más de las mañaneras de Palacio, un periodista cuestionó a López Obrador sobre los viajes costosísimos del general Secretario de la Defensa Nacional, junto con la familia del militar e invitados a cargo del erario.
El irascible presidente de costumbre espetó ¿Y? Sorprendido, de pronto no halló respuesta, empezó a «cantinflear», apenas atinó a decir ¿Y Loret? ¡Literalmente perdido! Otro de sus acérrimos enemigos gratuitos, todo poque, como periodista de investigación, ha desvelado la corrupción familiar del Presidente y sus allegados. Carlos Loreto de Mola, si bien ya era conocido y reconocido en los medios como agudo e inteligente periodista, se agigantó gracias a los vituperios lanzados desde la tribuna presidencial. Otro más que crece ante los ataques del poder. Y cómo no, si López hace publicidad mediática gratuita que difunden los medios de comunicación.
Palos de ciego del pendenciero presidente que anda en busca de camorra cuando alguien no se pliega a sus caprichos. Al golpear y pretender desprestigiar a sus «enemigos gratuitos», AMLO los ha fortalecido.
Tras La Verdad / Por: Héctor Parra Rodríguez
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