Reporta UNAM muerte masiva de corales en México
Los expertos resaltaron que su pérdida afectará a industrias como el turismo, donde la belleza escénica, con colores turquesa en las aguas y arena blanca atraen a miles de visitantes cada año.
Este año los corales mexicanos enfrentan muerte masiva debido al aumento en la temperatura del agua que los rodea.
Su pérdida representa un grave problema nacional, coincidieron Lorenzo Álvarez Filip y Juan Pablo Carricart Ganivet, investigadores del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM.
Durante la conferencia de prensa a distancia ¿Muerte masiva de corales en arrecifes mexicanos?, precisaron que el problema se debe a la suma de dos factores importantes: cambio climático y el fenómeno de El Niño, los cuales han ocasionado que el agua que rodea a estos organismos mantuviera una temperatura constante de entre 32 y 33 grados Celsius, por más de 15 semanas.
Álvarez Filip, del Laboratorio de Biodiversidad Arrecifal y Conservación del ICML, explicó que nuestro país tiene sistemas arrecifales en el Pacífico, el Golfo de México y el Caribe Mexicano.
Primero se detectó que el problema fue en las costas del Pacífico; específicamente en Huatulco, Oaxaca, se documentó el blanqueamiento a finales de mayo y para agosto grandes extensiones del arrecife murieron. Esta situación se repite en Baja California, Jalisco, Guerrero y Veracruz.
En Puerto Morelos (Quintana Roo) o el Caribe mexicano, agregó, los corales llegaron a este momento debilitados por diversos factores: el estrés por soportar tanto tiempo las altas temperaturas, sufrimiento por una enfermedad que causó muerte masiva en años pasados y altos niveles de nutrientes que arroja diariamente el ser humano en el agua.
Ante esta situación, el experto enfatizó: no podemos tener políticas públicas, ni proyectos de desarrollo públicos o privados que no consideren, desde sus cimientos, el cambio climático o la protección del medio ambiente para que se determine cómo evitar daños a la naturaleza, los ecosistemas y al clima.
A su vez, Carricart Ganivet, académico en el Laboratorio de Esclerocronología de Corales Arrecifales del ICML, aclaró: un arrecife no es lo mismo que un coral, es decir, el primero es la casa y los corales los ladrillos que la conforman. Pero en este momento no se están formando más, han dejado de crecer, y aunque el esqueleto permanece, ahora la zona queda expuesta a procesos de erosión, destrucción por otros organismos, por el oleaje y fenómenos como huracanes y tormentas.
Luego de comentar que desde hace tiempo la Universidad ha reportado el blanqueamiento de corales, los efectos en los ecosistemas o cuando se presentó el llamado “síndrome blanco” en los corales, aseveró que nada se compara con lo que sucede actualmente en el país. “Si lo ponemos desde nuestra perspectiva este evento está siendo catastrófico porque estamos perdiendo muchísimos corales”.
Los expertos resaltaron que su pérdida afectará a industrias como el turismo, donde la belleza escénica, con colores turquesa en las aguas y arena blanca atraen a miles de visitantes cada año. También afectará los sistemas pesqueros, pues numerosas especies de interés comercial dependen de la salud de los sistemas arrecifales.
Indicaron que además de concientizar a la población sobre los efectos que tienen sus acciones en los ecosistemas marinos, se necesita inversión del gobierno para apoyar proyectos que permitan monitorear lo que ocurre en la zona y que se tomen decisiones basados en la investigación científica.
Una de las acciones que se considera para cuidar de los corales que aún están vivos en Puerto Morelos, abundaron, es trasplantar los que se encuentran en aguas someras hacia zonas más profundas, pero la realidad es que no es una medida que evite el daño.
“Hay una alta probabilidad de que esto no sea suficiente, y una de las propuestas de la UNAM es aliarnos con otras entidades para tratar de dar seguimiento a estos efectos. En muchas áreas naturales protegidas uno de los mensajes que se está dando es: ‘démosles un respiro a los corales’, para lo cual se espera restringir o limitar el acceso a los arrecifes y ser conscientes de las acciones para no dañarlos, por ejemplo no usar bloqueador solar”, abundó Álvarez Filip.
Los científicos sugirieron además trabajar para combatir el cambio climático y ayudar en el desarrollo costero de los arrecifes, pues el hecho de poner el tema en la discusión pública sería de gran utilidad.
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