Las claves del nuevo apagón en Cuba: una crisis energética con soluciones complejas y costosas
Los apagones en Cuba corren el riesgo de hacerse crónicos a juicio de los expertos, quienes no ven soluciones rápidas ni fáciles.
Cuba sufrió hoy un nuevo apagón nacional, el tercero en menos de dos meses, evidenciando la extrema precariedad de un sistema energético en una grave crisis por la falta de recursos durante décadas.
Esta situación, con graves consecuencias económicas y sociales, corre el riesgo de hacerse crónica, a juicio de los expertos, que no ven soluciones rápidas ni fáciles para un problema de largo recorrido y necesitado de una fuerte y continuada financiación.
¿Qué provocó el apagón en Cuba?
La central termoeléctrica Antonio Guiteras, en Matanzas (occidente), sufrió una avería y, al salir del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), provocó su colapso. Se trata de la misma sucesión de eventos que llevó al apagón nacional del 18 de octubre, el primero de este año.
¿Hay antecedentes?
Cuba lleva desde finales de agosto experimentando prolongados apagones diarios. Este martes se igualó la tasa máxima de déficit de 2024, con momentos en los que los cortes afectaban simultáneamente a más de la mitad del país. Algunas regiones del país -incluida Santiago de Cuba, la segunda mayor ciudad del país- tienen corriente apenas cuatro horas al día.
¿Cuáles son las causas de esta crisis energética en Cuba?
Las causas son dos, principalmente: la carencia de combustible -fruto de la falta de divisas para importarlo- y las frecuentes averías en las obsoletas centrales termoeléctricas, con décadas de explotación y un déficit crónico de inversiones.
La falta de combustible (diésel y fueloil) obliga al Ministerio de Energía y Minas (Minem) a parar muchos motores de generación eléctrica distribuidos por el país, lo que eleva la presión sobre las siete centrales termoeléctricas.
Cuando una de estas instalaciones falla, lo que sucede con frecuencia, el SEN no tiene flexibilidad ni respaldo para suplirlo y se produce la desconexión total.
¿Ha habido otros apagones nacionales?
Sólo en 2024 Cuba ha sufrido tres. El primero tuvo lugar el 18 de octubre, tras otra avería en la central Antonio Guiteras. El segundo se produjo con el paso del huracán Rafael, con categoría 3 (de 5) en la escala Saffir-Simpson, por el occidente de la isla. En ambos casos la recuperación del SEN llevó días.
¿Cuánto costaría sanear el SEN?
Los expertos coinciden en que no hay soluciones sencillas. El consultor independiente Emilio Romero cifró en 10 mil millones de dólares la inversión necesaria para reflotar el sistema electroenergético cubano.
El director general de electricidad del Ministerio de Energía y Minas, Lázaro Guerra, aseguró en una entrevista a EFE el pasado abril que esa cantidad no era “disparatada”, pero no aportó cifras propias.
¿Cuál es la respuesta del Gobierno?
A corto plazo, el Minem ha dado prioridad a “servicios vitales”, como hospitales e instalaciones de bombeo de agua. Aseguró que ya se han creado áreas con corriente que se quieren ampliar e interconectar, y que algunas termoeléctricas están “listas para iniciar arranque”.
A largo plazo, Cuba aspira a reformar sustancialmente el SEN, avanzar hacia la “independencia energética” basándose en el crudo nacional, el gas acompañante y las renovables, con un papel destacado de la solar.
A este respecto, y con el apoyo de China, el Gobierno cubano impulsa un plan para poner en marcha 100 parques solares de aquí a 2031 con una capacidad instalada de dos mil megavatios, que podrían aliviar el déficit energético.
¿Qué consecuencias económicas tienen los apagones en Cuba?
Los frecuentes cortes en el suministro eléctrico dañan severamente la economía cubana, que en 2023 se contrajo un 1.9 por ciento y se encuentra aún por debajo de los niveles de 2019, en parte por la paralización forzada por los apagones.
El ministro de Economía y Planificación, Joaquín Alonso, reconoció recientemente que el Ejecutivo cuenta con que el producto interno bruto (PIB) nacional no crezca este año debido a los dos apagones nacionales previos y los recientes desastres naturales (dos huracanes y dos sismos).
¿Cuál es el costo social?
Los apagones paralizan la vida cotidiana de los cubanos: no funcionan los semáforos, los cajeros automáticos, los servicentros (gasolineras), el pago electrónico de las tiendas, las oficinas de la administración, las cocinas eléctricas de la mayoría de hogares, y las bombas de agua de las ciudades y de las viviendas. Por citar sólo unos ejemplos.
Esto ha atizado el descontento en un contexto de la grave crisis económica desde hace más de cuatro años, con escasez de básicos (alimentos, medicinas, combustible), inflación galopante, dolarización creciente y una oleada migratoria sin precedentes por su volumen y amplitud temporal.
La ONG Justicia 11J ha contabilizado unas 70 protestas a raíz de los dos recientes apagones nacionales. El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, acusó de indecencia y “vandalismo” a quienes protestaron por los cortes eléctricos.
Los expertos consideran además los apagones como los catalizadores de protestas antigubernamentales, incluidas las del 11 de julio de 2021 -las mayores en décadas-, y las del pasado 17 de marzo en Santiago de Cuba (este) y otras localidades.
EFE