El empresario Daniel Noboa será con 35 años el presidente más joven de la historia de Ecuador.
Elecciones en Ecuador: el empresario Daniel Noboa será el presidente más joven del país tras ganar a la abogada correísta Luisa González
Noboa ganó las elecciones de este domingo con el 52,1% de los votos, por delante del 47,9% de Luisa González, que concedió la derrota una vez que la tendencia ya era irreversible.
Los datos «los consideramos irreversibles y virtualmente el Ecuador tiene como presidente a Daniel Noboa Azín», dijo la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Diana Atamaint.
«Esto era un proyecto político improbable cuyo fin era devolverle la sonrisa, la paz a un país», dijo Noboa al celebrar el triunfo.
«Mañana empezamos a trabajar por un nuevo Ecuador, para reconstruir a un país golpeado por la violencia, la corrupción, el odio», agregó en un corto discurso.
«Desde mañana empieza a trabajar Daniel Noboa, su nuevo presidente de la República».
Noboa, del partido Accion Democrática Nacional, es hijo del magnate bananero Álvaro Noboa, quien se postuló sin éxito para la presidencia hasta en cinco ocasiones.
Su hijo lo logró a la primera, pero esta presidencia será breve.
El presidente saliente, Guillermo Lasso, convocó en mayo a elecciones anticipadas para evitar un juicio político por cargos de haber ignorado advertencias de malversación de fondos en un contrato de una empresa estatal. Él niega los cargos.
Por lo tanto, Noboa sólo gobernará entre diciembre y mayo de 2025. Ese año, se celebrarán elecciones nuevamente.
El presidente electo agradeció a González, que le tendió la mano para llegar a acuerdos y tomar las medidas que necesita el país, profundamente golpeado por la violencia y con problemas económicos.
“A los que no votaron por nosotros, pues nuestras felicitaciones, porque ha ganado aquel candidato que eligieron y, como ecuatorianos, también abrazarlos”, dijo González, que, sin embargo, le pidió que cumpla con sus promesas a estudiantes, jóvenes y ancianos.
La violencia, que el gobierno saliente del presidente Lasso atribuye a las bandas de narcotraficantes, es el problema más acuciante para el país.
Alcanzó un punto culminante durante la campaña con el asesinato del candidato anticorrupción Fernando Villavicencio en Quito antes de la primera vuelta de agosto.
Por ello, Noboa y González hicieron campaña y acudieron a votar este domingo con chaleco antibalas.
En materia de seguridad, Noboa dijo en campaña que los convictos más peligrosos deberían ser retenidos en barcos prisión y que utilizará la tecnología para combatir el crimen.
También quiere penalizar el consumo de drogas a pequeña escala, crear un sistema de jurados para delitos graves e invertir en tecnología, como drones y radares, para atacar a la delincuencia organizada en la frontera, foco del tráfico de drogas.
Propuestas ambiciosas para un presidente que tendrá poco más de un año para ejecutarlas.
Además, deberá buscar acuerdos con una Asamblea Nacional fragmentada donde cuenta con solo 12 de 136 asambleístas.
El partido de izquierda de González y del expresidente Rafael Correa, Revolución Ciudadana tiene 50 escaños, el mayor número de la asamblea aunque lejos de la mitad que le otorgaría capacidad de veto.
Por lo tanto, Noboa requerirá de alianzas para gobernar y cumplir sus promesas si quiere ser reelegido presidente en 2025, deseo que ya ha manifestado.
De sorpresa a presidente
Pocos antes de la primera vuelta apostaban por Noboa, cuyo padre se ha convertido en fuente de memes humorísticos por la cantidad de veces que había fracasado en su intento de ser presidente, algo que su hijo ahora logra a la primera.
Entre un muy nutrido grupo de candidatos, Noboa no llamó la atención hasta el debate presidencial, donde explotó su imagen de joven que quiere reformar la política y alejar a Ecuador del eje correísmo-anticorreísmo marcado por el expresidente Correa (2007-2017), principal valedor de González, a la que este domingo derrotó Noboa.
Con una postura centrada lejos de la polarización, el empresario, que comenzó su carrera política apenas en 2021 como asambleísta, convenció en el debate y dio la sorpresa al entrar al balotaje, sólo por detrás de González.
De cara a la segunda vuelta y sin combatir de forma frontal al correísmo logró aglutinar el voto anticorreísta de otros candidatos derrotados en primera vuelta e imponerse a González con una postura que él define de centro-izquierda.
Algunos críticos y analistas aseguran, sin embargo, que es sobre todo marketing político para desmarcarse de la derecha más tradicional que encarnan su padre y el presidente saliente Guillermo Lasso, que deja el cargo con un bajo índice de popularidad.
La victoria de Noboa supone un castigo de los votantes al mentor de González, el expresidente Correa, quien ha seguido ejerciendo un poder político considerable desde que dejó el cargo, a pesar de una condena por corrupción por la que se mantiene en Bélgica, en el exilio.
González se había comprometido a recuperar muchos de los programas sociales de Correa, al que iba a hacer su principal asesor político.
Es la segunda elección en la que el candidato del correísmo gana en primera vuelta, pero pierde en segunda, por lo que se empieza a perfilar el anticorreísmo como una posible fuerza política en sí misma.
O puede ser que simplemente el elevado electorado joven prefiriera acabar con las rencillas de la política ecuatoriana de los últimos años y por eso apostó por un candidato que dice querer romper el eje izquierda-derecha, pese a haber elegido como vicepresidenta a Verónica Abad, conservadora en políticas sociales y simpatizante de Donald Trump y Jair Bolsonaro.
Su juventud y su discurso conciliador seguro jugaron a favor de Noboa.
«Necesitábamos sangre nueva y no esa vieja política que nos hizo tanto daño», dijo a la agencia Reuters el estudiante universitario en Guayaquil, Eduardo Chávez, de 23 años.
El imperio familiar
Daniel Noboa pertenece a la tercera generación de una familia de empresarios multimillonarios de Guayaquil.
Su abuelo, Luis Noboa Naranjo (1916-1994), fundó la Exportadora Bananera Noboa y llegó a ser considerado el hombre más rico de Ecuador.
El padre de Daniel, Álvaro Noboa Pontón (Guayaquil, 1950), expandió el negocio familiar más allá del banano hasta controlar un entramado multinacional de empresas bajo la insignia del Grupo Noboa.
Álvaro Noboa amplió y modernizó el conglomerado familiar de los Noboa, con lo cual consolidó a la familia como una de las más ricas y poderosas de Ecuador.
El éxito económico del clan se ha visto empañado en varias ocasiones por acusaciones de evasión de impuestos y explotación laboral.
Álvaro Noboa fue el primero en dar el salto a la política, algo común entre las familias con poder económico en Ecuador y en especial en Guayaquil, capital comercial del país.
Su aspiración de alcanzar la presidencia, sin embargo, fue en vano. Álvaro Noboa es el candidato que más veces lo ha intentado, cinco en total, y sin éxito. En las elecciones de 2006 estuvo cerca: perdió en la segunda vuelta contra Rafael Correa, que luego lideró el país hasta 2017.
“Álvaro Noboa generaba rechazo porque era una representación clara de la plutocracia y de la burocracia más excluyente”, explica a BBC Mundo el periodista ecuatoriano Diego Cazar Baquero, director de la revista independiente La Barra Espaciadora.
A medida que su padre abandonaba el sueño de presidir el país, Daniel Noboa estudiaba en prestigiosas universidades de Estados Unidos para tomar el relevo.
Completó los grados de Administración de Negocios en la Universidad de Nueva York, Administración Pública en Harvard Kennedy School, así como una maestría de Gobernanza y Comunicación Política en la Universidad George Washington.
Pero Noboa, que con solo 18 años había fundado una empresa de organización de eventos llamada DNA Entertainment Group, dio el salto de la empresa a la política recientemente: debutó como asambleísta en 2021 y llegó a presidir la Comisión de Desarrollo Económico.
Tras la disolución del parlamento con la activación de la muerte cruzada (disolución de la Asamblea) por parte del presidente Lasso el pasado mayo, se presentó como precandidato por ADN (una coalición de tres movimientos) con un perfil diferenciado del de su padre.
“Daniel marca cierta distancia con Álvaro a nivel simbólico, a nivel discursivo y a nivel de lo práctico que necesita en este momento el país”, explica Cazar Baquero.
Álvaro Noboa exhibe la Biblia en el cierre de campaña de 2006. El estilo de su hijo, más sosegado y pragmático, es completamente diferente.
Por ejemplo, mientras su padre se encasillaba en la derecha política, Daniel asegura ser de centro-izquierda, con ideas progresistas en lo social, como el apoyo a la comunidad LGTB y un marcado énfasis en la educación.
Para el politólogo Roberto Calderón, esto respondió a una “estrategia de marketing político” que resultó exitosa a la vista de los resultados de este domingo.
“Él se califica de centro-izquierda por la baja popularidad del gobierno de Guillermo Lasso, ya que sabe que la etiqueta de derecha podría relacionarlo con un continuismo de ese ejecutivo” que es tan impopular, según las encuestas.
Sus críticos aseguran que la que será su vicepresidenta, Verónica Abad, tiene una marcada orientación de derecha.
Otra diferencia que destacan los analistas es que Daniel desarrolló una oratoria superior a la de su padre y fue capaz de hacer calar sus ideas entre el electorado.
De hecho, el salto más importante en su corta carrera a la presidencia tuvo lugar en el debate previo a la primera vuelta de las elecciones.
De casi descartado a favorito
A pocos días de la primera vuelta celebrada el 20 de agosto, nadie creía que Noboa tuviera posibilidades reales de pasar a segunda ronda.
Hasta que llegó el debate decisivo, donde confrontó ideas con Luisa González y otros candidatos que partían como favoritos.
“Tuvo la oportunidad en pocos minutos de mostrar su conocimiento de ciertos datos determinantes sobre la actualidad del país y eso le hizo verse como un tipo muy formado y preparado para acceder a la presidencia”, asegura el periodista Cazar Baquero.
Por su parte, el politólogo Roberto Calderón indica que “su participación en el debate dio una fuerte trascendencia a su imagen y logró posicionarse como la alternativa al correísmo”, representado por González, a la que derrotó este domingo.
Sin embargo, destacan ambos analistas, no sería correcto calificar a Noboa como un anticorreísta, sino más bien como un político hábil que ha mostrado posiciones moderadas y pragmáticas, absteniéndose de lanzar ataques frontales a sus rivales en debates y discursos.
“Su practicidad en el discurso y alejarse de la polarización correísmo-anticorreísmo le ha servido muchísimo. Esto revela que el electorado quiere escapar de la polarización, de la inseguridad, de la violencia de todos los días y apuntar a soluciones sumamente prácticas e inmediatas”, afirma Cazar Baquero.
Ya en la segunda vuelta, Noboa se situaba como favorito en todas las encuestas frente a González.
En el uno a uno contra Luisa González del debate de la segunda vuelta Noboa no brilló tanto como en el primero, lo cual redujo levemente su ventaja en las encuestas.
Esto también se atribuye en gran parte a los propios límites de Revolución Ciudadana, cuyos líderes nunca recuperaron la popularidad de los tiempos de la presidencia de Rafael Correa.
“Desde 2013, que es cuando se marca un cisma histórico en el correísmo, este nunca ha superado su techo; y esto se ha confirmado con Luisa González, a la que además muchos no consideraban la mejor candidata”, explica el director de La Barra Espaciadora.
Sus propuestas
Para ganar, Noboa parece que logró conectar con el electorado joven, que ve con buenos ojos una alternativa política nueva con propuestas originales para solucionar los múltiples problemas de Ecuador.
“Apuntó a un electorado muy joven que necesita trabajo; planteó que el sector privado es el que genera empleo y hay que fortalecerlo mediante exenciones tributarias; y acomodó esta propuesta a su posición de centro-izquierda al decir que se beneficiarán las empresas con responsabilidad social”, expone Cazar Baquero.
«Tenemos un plan ambicioso de eliminar la desocupación juvenil, así como impulsar la generación de empleo. Por ejemplo, el IVA diferenciado para materiales de construcción, el incentivo a la inversión en construcción, la obra pública abandonada en este país los últimos dos años. Todo eso, en conjunto, puede generar empleo muy rápido», dijo Noboa en una reciente entrevista con el medio ecuatoriano Primicias.
La creación de puestos de trabajo es uno de los dos ejes principales del programa de Noboa. El otro es la lucha contra el crimen, para la que prometió «mano dura» y «devolver la paz a las familias».
Ecuador vive una de las mayores crisis de seguridad de su historia y se ha convertido en uno de los países más violentos de América Latina, con 3.500 homicidios solo en los primeros siete meses de este año, según datos de la policía.
Bandas criminales como los Choneros, los Lobos, los Tiguerones o la mafia balcánica controlan barrios enteros y cárceles, desde donde dirigen sus actividades ilícitas ante la impotencia -y muchas veces con la complicidad- de las autoridades.
Ecuador vive la peor ola de criminalidad de los últimos años.
«Se deben impulsar reformas profundas en las cárceles y tener un programa de segmentación adecuado, en el cual al 17%, que es el más violento, tenerlo totalmente aislado», declaró Noboa en su entrevista con Primicias.
El joven político, que usó chaleco antibalas durante la campaña tras el asesinato del candidato Fernando Villavicencio, planteó como su propuesta más novedosa instalar cárceles flotantes en barcazas para internar a delincuentes peligrosos lejos de la costa e impedir que sigan operando desde prisión, tal y como sucede ahora.
«Las cárceles barcazas serían una medida transitoria para ubicar a los delincuentes más peligrosos, mientras reestructuramos todo el sistema carcelario, pero no los podemos tener como en un hotel cinco estrellas. Tienen enchufes, aires acondicionados, pantallas, hay suites en las cárceles», afirmó.
Esta iniciativa, sin embargo, ha generado dudas. “Es muy difícil llevarla a cabo, porque fabricar las barcazas tomaría más del año y medio de su presidencia, la logística es complicada y además el régimen jurídico ecuatoriano no contempla el aislamiento como pena para los reos”, indica el analista Calderón.
Otras propuestas de Noboa contra el crimen son penalizar el consumo de drogas a pequeña escala, crear un sistema de jurados para delitos graves e invertir en avances tecnológicos, como drones y radares, para neutralizar a la delincuencia organizada en vías y fronteras.
En el plano económico, se posicionó a favor de mantener la dolarización y prometió atraer a empresas estadounidenses al país.
Noboa ha exhibido un ideario de tendencia liberal tanto en asuntos económicos como sociales.
Una de sus propuestas más polémicas es eliminar el impuesto a la salida de capitales, algo que sus críticos cuestionan al considerar que solo beneficiaría a los grandes corporaciones y, en específico, al conglomerado empresarial de su familia.
En su campaña, Daniel Noboa también dio especial énfasis a la idea de potenciar la educación, con un aumento de la inversión en el sector formativo, políticas de incentivos a escuelas y universidades, y programas para vincular el ámbito educativo con el productivo.
El reto de ganarse a la Asamblea
Si algo tienen claro todos los analistas es que Noboa no tendrá fácil sacar adelante sus propuestas.
Para lograrlo necesitará apoyos que le permitan mayorías puntuales en la Asamblea Nacional, un órgano de 137 miembros muy fragmentado donde sus rivales de Revolución Ciudadana acaparan el mayor número de escaños, aunque lejos de la mitad que les otorgaría capacidad de veto.
“Va a tener que buscar alianzas y ahí entra en juego el reparto de ministerios o instituciones públicas a aliados políticos para obtener votos en la Asamblea. Habrá quienes reciban algún tipo de prebenda, que se sumarán a los aliados naturales del presidente por su tendencia política”, opina el politólogo Calderón.
Por su parte, Cazar Baquero cree que “es interesante ver cómo Noboa plantea la relación que va a tener con una Asamblea que viene de un desprestigio grandísimo, que se ha caracterizado por entorpecer el trabajo del gobierno, y de la cual él fue parte”.
El pronóstico del periodista es que Noboa “va a legislar negociando únicamente con los articulados de ley y va a presentar proyectos de ley urgentes cada mes para presionar a la Asamblea y que esta no tenga que atender cuestiones secundarias”.
Esto confirmaría, asegura, que el nuevo presidente es plenamente consciente de que solo cuenta con un año y medio para asumir el difícil reto de solucionar los múltiples y cada vez más graves problemas políticos, económicos y sobre todo de seguridad que padece Ecuador.
En todo caso, espera prorrogar su mandato. «Si ganamos, buscaré la reelección en 2025», confirmó días antes de los comicios.
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BBC