Apagones afectarán el 23% de Cuba este sábado
Los apagones se sentirán en el 23% de Cuba durante la tarde-noche de este sábado, según las previsiones diarias de la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE).
Desde esta semana comenzaron a elevarse los índices de afectación y déficit del servicio eléctrico, aunque sin llegar a los niveles del año pasado cuando alcanzaron el 50% en varias localidades.
Las previsiones de la UNE para la jornada parten de una capacidad de generación eléctrica de 2.220 megavatios (MW) y una demanda máxima de 2.800 MW.
El déficit -la diferencia entre oferta y demanda- alcanzará los 580 MW y la afectación -lo que se desconectará realmente- ascenderá a 650 MW.
El déficit de energía volvió a aumentar a partir de finales de febrero, tras las cuatro fallas reportadas en la red eléctrica nacional que dejaron sin servicio a más de la mitad del país.
El sistema eléctrico nacional atraviesa una situación precaria con casi todas sus centrales termoeléctricas terrestres con más de 30 años de uso, la falta de inversiones y el déficit de combustible.
Ese panorama influye negativamente en la crisis económica que afecta el país, agravada en los últimos años, y genera descontento social.
El Gobierno cubano programó tareas de mantenimiento en los primeros meses del año para afrontar en mejores condiciones julio y agosto, el período de mayor demanda.
También alquiló ocho plantas eléctricas flotantes para generar energía en un intento por paliar la situación.
Por qué cada vez hay más apagones en Cuba y cómo un vecindario entero salió a la calle a protestar
Los apagones se han convertido en un problema diario para millones de cubanos, que observan resignados cómo la corriente se va cada vez más a menudo y durante más horas.
¿Por qué hay apagones?
Desde hace un año la ya grave crisis económica de Cuba se ha profundizado aún más: decenas de miles de cubanos han abandonado un país donde escasean casi todos los productos, los servicios son precarios y pocos jóvenes ven un futuro.
Y donde los cortes de luz son cada vez más habituales.
Cuba tiene 5,87 GW de capacidad de generación instalada, aunque solo 3,2 GW están operativos, según el último informe de la compañía estatal Unión Eléctrica (UNE).
La central termoeléctrica Antonio Maceo o «Renté» de Santiago de Cuba, inaugurada en 1966, sufre frecuentes averías que provocan apagones en la región oriental del psís.
Casi a diario el gobierno reporta fallas en sus centrales termoeléctricas, encargadas de cubrir la mayor parte de la demanda de hasta 3.000 megavatios (MW) en hora punta en un país en el que las renovables apenas aportan el 6%.
Por lo general, la UNE informa en los medios estatales de déficits puntuales de entre el 10 y el 20% de las necesidades eléctricas del país.
Las autoridades suelen atribuir las disrupciones de la producción y suministro a labores de mantenimiento, averías, incendios, escasez de combustible o falta de piezas por el embargo de EE.UU., entre otros motivos.
En el caso de Los Palacios, un dirigente provincial culpó del apagón del jueves a «inclemencias del tiempo» que causaron «afectaciones en un cable principal», si bien los vecinos aseguran llevar semanas sufriendo cortes similares.
Jorge Piñón, director del Programa de Energía para Latinoamérica y el Caribe de la Universidad de Texas, cree que hay un problema estructural sin solución visible a corto plazo.
A esto se suma la reciente escasez de diésel en la isla, donde se han observado largas colas frente a las gasolineras.
¿Y en La Habana?
No todo el territorio cubano sufre de la misma manera los apagones.
«Yo no estoy notando especialmente los cortes de luz», asegura un profesional español que vive en el barrio del Vedado en La Habana.
La capital -y en especial sus barrios más emblemáticos como el Vedado o la Habana Vieja- suele ser el último lugar en quedarse sin corriente.
«La Habana siempre ha sido protegida por el impacto político y turístico que pueda tener», afirma Piñón.
Aunque no son tan frecuentes como en zonas rurales, los apagones también dejan a oscuras barrios enteros de La Habana.
Mientras, los cubanos en las ciudades de provincias y las zonas rurales se acostumbran como pueden a su nueva normalidad energética.
«Realmente es estresante tener que estar pensando cuándo regresará la corriente; y cuando la tienes, pensar cuándo la van a quitar y tratar de hacer todo en el momento en que la ponen: cocinar, lavar, planchar…», lamenta la joven estudiante de Pinar del Río.
Los intensificados cortes eléctricos llegan en la mayor crisis en Cuba desde la década de 1990, cuando la caída de la Unión Soviética provocó un colapso económico en la isla, en la etapa conocida como el «período especial».
Además de la escasez de alimentos, ropa y productos básicos, quienes vivieron el período especial recuerdan de aquellos años los constantes apagones.
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Con información de EFE